domingo, 17 de junio de 2012

Luz de mis ojos, yo juré que había de celebrar una mortal belleza, que de mi verde edad la fortaleza como enlazada yedra consumía. Si me ha pesado y si llorar querría lo que canté, con inmortal tristeza y si la que tenéis en la cabeza corona agora de laurel la mía, Vos lo sabéis a quien está presente el más oculto pensamiento humano y que desde hoy, con nuevo celo ardiente, cantaré vuestro nombre soberano, que a la hermosura vuestra eternamente consagro pluma y voz, ingenio y mano. [Soneto XXIX, Lope de Vega]

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