martes, 16 de octubre de 2012

Mira mis manos y verás que son anchas y poderosas. Manos de shamana. Mi columna vertebral sostiene un esqueleto fuerte, de coyunturas sólidas. Nunca sería delgada aunque me lo propusiera. De contornos femeninos, mi cuerpo combina vastedad e stable y suavidad. Puedo mirar como un águila, si quiero, pero normalmente no quiero, y entonces mis ojos muestran otras facetas de lisura. Bien lo sabes y te acercas, gatito bebé, sin temor, lleno de curiosidad, jugueteando, olfateando, maestro de la ternura. Me muestras el lado fino de la luna en tus pasos inciertos. Trepa, brinca, toma lo que desees. Inesperadamente aprendo el dictum de la guerrera espiritual, capaz de armonizar potencia y dulzura; acoplar fortaleza y bondad; unir vigor y resistencia con gentileza, gracia y compasión. [Para Moushka. 17oct12]

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