jueves, 22 de agosto de 2013

ANOCHECER



Hay anocheceres así, de tonalidad ambarlunar, de una languidez corrosiva que se alarga como las sombras en la lentitud de un tiempo que transcurre gota a gota, estrella a estrella, invisibles y  adivinadas por encima de la capa de neblina urbana y del aire calcinado de concreto, hierro y cristal. Me dejo ir en el final del día y el comienzo de la noche, inmersa en el sabor de las caricias que nos dimos, en la despedida temporal que nos concedimos. Mis pensamientos te siguen, adivinan tus pasos, te acompañan de regreso a tu camino. Mi cuerpo sabe dónde quedaron prendidas tu piel y tu mirada. Advierto la huella persistente de tu aroma en las sábanas revueltas de nuestro lecho. Te acabas de ir y mi corazón ya te extraña…
[CrónicasAmbarluna55] (22ago13)


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