lunes, 3 de septiembre de 2012

Me hablas de plazos, tiempos e imposibles transformados por el poder de un nombre, y te creo. Grabas el mío con signos que solo tú descifras, mientras yo susurro el tuyo al oído del viento deseando que llegue a ti y lo adivines. Por las noches sigo escalando el agreste camino de tu ensueño, buscándote a tientas en el recuerdo. No es menos difícil que tu pedregal marino. Presiento que esta noche llegarás una vez más cercano e inalcanzable, el guardián que desarticula el ordenado caos de mi existir, que agita mis anhelos, enreda mis palabras, subleva mi sangre y me deja la impronta de sus labios en la piel. Y no obstante tu espada implacable, traes contigo el azul que disuelve la cólera y la tristeza, oleaje suave que lava y deslava la arena de mi playa y armoniza la danza de los mundos al jugar con mis cabellos y besar mis párpados. Percusión y repercusión de dos palabras que osan jugarse la apuesta en la ruta de los acantilados que ya has cabalgado y te conducen al manantial.

2 comentarios:

  1. Me encantó asomarme a tu ventana, escribes precioso y tu gusto para las imágenes es impecable. Vendré mas a visitarte con tu permiso.

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    1. Me alegro que te gusten mis textos y las imágenes. Ven a mi blog cuantas veces quieras. Un abrazo.

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