viernes, 7 de diciembre de 2012

Parecería que me escondo, pero no. Sabes que es sólo un juego. Cuando desparezco momentáneamente, no estoy lejos y nunca tanto que no me alcance tu voz y me sujete. Es el juego de tu voz y mi obediencia.
Su sonido de madrugada, susurro insistente y sabio para que despierte a tu calor, es una fina cadena de espejos de ambarluna que largas para que me aleje hasta dónde ya no quiero seguir y me devuelvas, jalando suavemente de ella, para que yo encuentre el camino de regreso a tu piel. Tu voz me enseña palabras, me muestra lugares secretos, me conduce hasta tus manos, me revela.
Como aquel viernes, por ejemplo, que amaneció y el frío calaba y yo pude por fin arrebujarme en tus brazos. ¿Has notado desde cuándo adivinaba esa sensación? O como la noche anterior, caminando juntos sin tocarnos y sin embargo anhelando hacerlo al instante de llegar a nuestra habitación. El vestíbulo, eterno; el pasillo, inacabable; tu avidez, mi imán; mi respuesta, tu ternura. Todas las promesas confluyendo en instantes que se han quedado grabados en el rastro de nuestros besos y que saben a futuro… [CónicasAmbarluna31] (7dic12)

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