miércoles, 23 de mayo de 2012

Llegué a su casa como todos los viernes con el crepúsculo. Siempre provocador y paradójico, él querría que nos viésemos los lunes o los martes, días extravagantes, inciertos, lánguidos y al mismo tiempo apresurados, nada propicios desde mi punto de vista. Para romper con todos los trazos cotidianos, en ocasiones así lo hacemos, rescatamos del desdén a la descompasada jornada lunar o liberamos de sus cadenas al bélico dios marcial y entonces la semana entera se desconcierta, la noche se vuelve madrugada, la madrugada día, los relojes enloquecen, el desvelo se trastoca en sueño… El viernes es no sólo un día que habla de finales y principios, de trabajo realizado y propósitos cumplidos, sino que nací en un viernes de madrugada con el Sol y el Ascendente en Virgo, lo cual si bien no lo dice todo, dice mucho y me resulta por demás benéfico y prometedor… Llegué, entonces, a su casa como casi todos los viernes con el crepúsculo. Nuestros encuentros son el mejor momento de mi semana y vivo para ellos. Me vestí obedeciendo su conjuro: blonda púrpura interior, sobrio negro exterior, el dije de ambarluna que él me regaló y que jamás me quito colgando de una cadena de filigrana entre mis pechos. Me esperaba como casi todos los viernes en la puerta. Hoy, con una copa de vino tinto, escueta, simple. Intuí que me tenía una sorpresa, que me había preparado un banquete… Y habiendo como hay diversos tipos de banquetes, no me sorprendió y sí me agradó ver la mesa puesta para la cena, de seguro un festín, porque este hombre resuelve los retos gastronómicos como sólo un vasco lo haría, con devoción casi religiosa, total concentración y un placer sin redención en la degustación de los sabores y olores de cada ingrediente... El banquete incluiría una conversación prometida, al son y sabor del vino, y si mi piel vibraba ya anticipando su invitación a mi deseo, mi mente saboreaba expectante la confidencia, la revelación, la aventura de penetrar una vez más en el laberinto de sus remembranzas… [CrónicasAmbarluna1] (11may12)

1 comentario:

  1. Me gustan las imágenes que forman tus palabras, y tu manera tan amena y sensual de contar

    Un beso.

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