viernes, 14 de febrero de 2014

DEGUSTACIÓN



¿Sabías que eres el maestro de mi cocina, mi gastrónomo preferido y chef de cabecera? Cuando te veo afanado preparando con la seriedad y concentración de un mago los platillos que me encantan y me darás a degustar, me saboreo, me relamo, comienzo a salivar, a imaginar, a fantasear. Te veo cortar, desmenuzar y revolver, utilizar las herramientas culinarias sabiamente y con precisión, y sonrío a sabiendas de que este cocinero es mío. “¿Me permites una colaboración?”, te pregunto. Y así, al perejil, la salvia, el romero y el tomillo de aquella canción sesentera, le agrego el mexicanísimo toque del epazote, el orégano y la albahaca: una cocción a las hierbas finas y las no tanto pero igual deliciosas. Sonríes complacido y permisivo, la chispa en tus ojos preludio de la risa y el comentario juguetón. Sé que te gustan mis inventos. Sé que te puedo abrazar por la espalda aunque mis brazos apenas te abarquen, mientras pruebas lo que con tanto placer me servirás a la mesa. El olor de las hierbas y las especias invade la cocina, mezclándose con un toque de vino tinto en tus labios y el ambarluna de mi piel. ¿Me adivinas el pensamiento o te lo adivino yo a ti? Difícil saberlo, pero nuestra sincrónica necesidad y deseos convergentes seguro retrasarán la cena… [CrónicasAmbarluna58] (14feb14)


2 comentarios:

  1. Es una escena preciosa y tierna, con su toque sensual.

    Me ha encantado.

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué bueno que te gustó, querida Sakkarah. Gracias por tu comentario. Un beso grande

      Eliminar